viernes, 17 de julio de 2009

Mary, amor prohibido

Ya han pasado dos años, recuerdo muy bien esa época, en la que conocí a la mujer más bella que haya visto hasta el momento. Su nombre es Mary, en ese entonces tenía 47 años, aparentaba 30 a lo mucho, pequeña de estatura, 1.55, de tez blanca que contrastaba con su oscuro cabello lacio como me gusta. Tenía unos ojos bellísimos, nariz pequeña y labios delgados pero muy ricos, su piel firme y suave, senos medianos con unos pezones pequeños y sensibles. Hasta el momento, es la única mujer que considero que tiene todo lo que busco en una chica. Ninguna otra mujer, joven o madura, se le compara. El único inconveniente... es casada.

Trabaja en uno de los distritos más lindos de Lima, y en muchas ocasiones fui a visitarla a la salida de su trabajo. Nos hicimos buenos amigos y nos contábamos prácticamente todo. Me comentó que su matrimonio no iba bien, sentía que el amor no era el mismo, y en el plano sexual, tampoco era bien atentida, parece que le tocó un eyaculador precoz. Entiendo que algunos hombres tengan ese problema, pero por favor, no es excusa para no satisfacer a sus parejas, hay formas de solucionar la eyaculación precoz, y creo que cualquier hombre mayor de 30 años ya ha tenido suficiente tiempo para mejorar su autocontrol. En resumen, Mary era una de las tantas mujeres maduras y casadas, que no se sienten satisfechas con su pareja en uno o más aspectos de su matrimonio.

La química que hubo entre nosotros fue casi inmediata, si bien al comienzo solo hubo amistad, pronto nos encariñamos y se produjo un enamoriamento por parte de ambos. Fue en uno de nuestros encuentros, cuando no me aguanté más y la besé, afortunadamente ella respondió el beso y no nos importó la gente que pasara cerca. Nos fuimos a pasear un poco y encontramos un lugar donde sentarnos, continuamos con nuestros besos, confirmé de nuevo que sus labios eran tan ricos como se veían, y también pude acariciar prácticamente todo su cuerpo por encima de la ropa, aunque sus senos sí pude tocarlos directamente. Ese día no pasó nada más, a veces el problema de salir con una casada, es que tiene poco tiempo libre, por lo general luego del trabajo, debe volver a casa, sobre todo si tiene hijos como ella.

Luego de esa salida, cuando conversábamos por msn, nos calentábamos el uno al otro y hasta nos mostrábamos por cámara web cuando había oportunidad de hacerlo. Si no me equivoco, fue a fines de octubre, que quedamos en salir e ir a un hotel juntos, al comienzo ella no estaba segura, pero logré animarla. La busqué como siempre a la salida del trabajo, estaba bella como siempre y tomamos un taxi para que nos lleve a un hotel cercano. Llegamos, y Mary estaba algo nerviosa pero también con ganas de entrar, fuimos a nuestra habitación y ahí fue donde pude darme cuenta que ella de verdad no tenía una buena sesión de sexo hace algún buen tiempo.

Nos desnudamos el uno al otro, mientras seguíamos besándonos y explorábamos nuestros cuerpos. Me encantaba besar y acariciar su cuerpo, toda su piel se sentía tersa y suave, incluso teniendo en cuenta su edad, ninguna chica q haya conocido tenía una piel tan bien cuidada como ella, y encima cero cirugías. Su conchita ya se encontraba húmeda desde antes de entrar al hotel, su tanga estaba recontra mojada y aproveché para darle el mejor sexo oral que ella haya probado, su clítoris era muy sensible y usando bien mi lengua, logré que Mary llegara a tener los orgasmos que tanto le faltaban.

Luego fue su turno de devolverme el favor, no fue la mejor felación que me hayan hecho, pero se notaba su empeño y cariño, fue muy rico de todas maneras. Me lo puso bien duro y nos pusimos en la clásica posición del misionero para penetrarla. A pesar de su edad y de haber pasado por dos embarazos, su conchita era estrecha, supongo que era porque ella es bajita y pequeña, fue una sensación muy placentera metérsela por completo, aunque le dolía un poco si iba muy al fondo, pero pronto nos acostumbramos a hacer movimiento suaves y ricos, en los que ambos disfrutamos hasta que sentí cómo su vagina se mojaba más y se contraía a la vez que llegábamos ambos al orgasmo. Luego, ella encima mío, hizo que la penetre, su vagina chorreaba de fluidos mientras Mary se movía en círculos o de arriba hacia abajo, dejándose caer sobre mi pene con todo el peso de su cuerpo. Lo único que se escuchaba era el sonido de nuestros cuerpos chocando el uno contra el otro, y también sus gemidos cada vez que me introducía por completo dentro suyo. Así seguimos, hasta que quedamos los dos satisfechos, le gustó tomarse mi leche caliente y a partir de ahí, siempre me pedía que termine en su boca.

Ya era un poco tarde y no podíamos estar mucho tiempo más, ella no podía demorar tanto en llegar a casa, así que nos duchamos rápido, aunque siempre llenándonos de besos. La pasamos muy bien, no fue solo sexo, había mucho cariño y tal vez algo de amor, no fue una experiencia tan intensa como con otras mujeres, pero fue tan o más placentera. A la salida, la acompañé a que tome su taxi, nos dimos un largo beso, no queríamos desperdirnos pero teníamos que irnos. Nos vimos otras veces, pero esa primera vez es la que más recuerdo.

5 comentarios:

  1. Pajero, que monse tu cuento, deja de escribir sonseras y ponte a trabajar

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  2. bueno, lamento que no te haya gustado el relato
    cómo organizo mi tiempo no es asunto tuyo, perfectamente puedo trabajar, estudiar algún curso y darme tiempo para salir, divertirme y escribir en mi blog.
    si no te gusta, no lo leas y si vas a comentar, no tienes por qué ser grosera
    saludos

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  3. Ptm ya t resentiste.. x el comentario anterior y ya no escribist nada.. jaja.. bueno ya tabas calentando el asunto con este ultimo cuento pero ni modo

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  4. hola me llamo cris son bonitas tus historias... sigue escribiendo besitos
    bye

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  5. no me he resentido tampoco, el fin de semana tuve que salir y no pude escribir, aprovechará mañana 28 para publicar un nuevo relato

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