sábado, 28 de noviembre de 2009

Nancy, el reencuentro

Han pasado meses desde que la última vez que salí con Nancy, habíamos estado con bastante trabajo y ella suele viajar a provincia seguido por lo que rara vez coincidíamos en nuestros tiempos libres, pero el lunes recibí un mensaje de texto de ella preguntándome si podíamos vernos y que quería sentirme dentro suyo ese día.
Siempre los lunes parecen ser los días más largos de la semana, pero por fin el trabajo llegó a su fin, ya eran las 6.30pm y me dirigí a nuestro punto de encuentro. La ubiqué fácilmente y nos dirigimos al hotel más cercano, mientras nos poníamos al día de lo que había ocurrido en nuestras vidas todos estos meses, me preguntó si había estado con otras chicas en este tiempo y le conté varias de las experiencias que he relatado recientemente, lo cual solo la excitó más y cuando llegamos al hotel, las ganas de sexo ya eran muy altas.
Nos devestimos rápidamente, acariciando todo su cuerpo, en especial sus grandes senos y su húmeda vagina que con solo un par de caricias estalló en su primer orgasmo de ese encuentro. Hace meses que nadie la hacía sentir eso, una fuerte eyaculación que ya había empapado mi mano y las sábanas con sus fluidos. Nancy estaba acariciando mi pene, el cual ya estaba erecto y lo dirigió primero a sus labios para lamerlo desde la base hasta la cabeza e introducirlo lo más que podía en su pequeña boca. Se echó en la cama abriéndose de piernas y mostrándome su vagina lista para ser penetrada. En estos meses solo había estado con un novio que según ella era muy pequeño y no la hacía sentir nada, por lo que su vagina se sentía estrecha al momento de penetrarla pero pronto se adaptó a mi tamaño y me permitió introducírselo en su totalidad y bombear fuertemente a la vez que escuchaba sus gemidos y gritos. Me sorprendía la facilidad con la que llegaba a uno y otro orgasmo, perdí la cuenta ese día, me confirmó que fueron más de doce por lo menos y la mayoría acompañados de su eyaculación. Luego la coloqué en cuatro, levantando su rico culo, se lo introduje nuevamente por adelante sosteniéndola de sus caderas y jalándola hacia mí cada vez que la penetraba. La sentí venirse nuevamente, su vagina se contraía, apretando mi pene que recibía toda su eyaculación y terminaba mojado por completo, hasta que yo también terminé y eyaculé en su rostro, ella como siempre saboreaba mi leche y se la tomaba en su totalidad.
Ya era algo tarde y ambos teníamos que retirarnos, cómo le explicaría al novio que tenía el celular apagado o las marcas del cuello? no lo sé, pero según ella, podemos seguir siendo amantes y yo por el momento, no tengo problemas con ello.

viernes, 13 de noviembre de 2009

La chata Stephany (3ra parte)

La había estado penetrando durante casi una hora, tiempo en el cual ella había tenido por lo menos un par de orgasmos que eventualmente me llevaron a eyacular sobre sus grandes senos. Y luego de descansar unos minutos, ya estaba con ganas de penetrarla nuevamente, pero me dijo que su vagina se encontraba un poco irritada debido a que le estuve dando muy fuerte. Todavía se encontraba lubricada, así que con mis dedos llevaba los fluidos de su vagina hacia su culo, jugando con la entrada de su ano, moviendo mis dedos en círculos, intentando penetrar con un dedo su entrada posterior hasta que finalmente cedió. Cada vez que mi dedo entraba, la escuchaba dar unos gemidos que me excitaban cada vez más, me dio permiso para continuar y pronto tuve dos y hasta tres dedos metidos en su ano, ella no tenía mucha experiencia con el sexo anal y se sentía cómo me los apretaba, al sacarlos, su ano se cerraba rápidamente para luego volver a recibir mis dedos en su interior.
La hice ponerse en cuatro, con su cara pegada a la cama y levantando su culo que dejaba expuesto su ano para hacer con él lo que yo quisiera. Seguí jugando con mis dedos, lubricando más con sus propios fluidos hasta que creí que estaría lista para el siguiente paso. Primero la penetré por la vagina, mi pene quedó lubricado debido a lo mojada que estaba, luego coloqué mi miembro erecto en la entrada de su ano y empecé a empujar firmemente. Al comienzo le dolía un poco pero me dejó continuar, entró un par de centímetros y tuve que detenerme para que se vaya acostumbrando, podía sentir su esfínter apretar la cabeza de mi pene y luego relajarse permitiéndome entrar cada vez un poco más. Se sentía riquísimo penetrarla analmente, parecía que estaba succionando mi pene, voluntaria o involuntariamente, ella estaba haciendo que su ano se contraiga y se relaje una y otra vez, cuando estaba quieto o cuando la penetraba con más intensidad, dándome mucho placer. Ahora podía penetrar su culo fuertemente, los dos nos movíamos buscando una penetración más fuerte y más profunda, hasta que me vinieron las ganas de terminar, sacando mi pene y eyaculando en su espalda y en la entrada de su ano. Ambos quedamos exhaustos, y su culo todavía se veía abierto mientras aun escuchaba sus jadeos que se fueron calmando hasta que nos quedamos dormidos.

domingo, 1 de noviembre de 2009

La chata Stephany (2da parte)

Stephany ha sido una de las chicas con quien más problemas tuve al tener sexo, ella es pequeña en estatura y también su vagina es estrecha y muy apretadita, incluso cuando estaba bien lubricada, debía ir con cuidado al penetrarla para evitarle cualquier dolor, aunque una vez que se acostumbraba era riquísimo entrar en ella y sentir cómo se contraía alrededor de mi pene cada vez que la penetraba.
Le gustaba estar encima mío y cabalgarme, cogía mi pene con sus manos, lo colocaba en la entrada de su húmeda vagina y se sentaba poco a poco hasta introducirlo por completo, llegaba a lo más profundo de ella, podía sentir que hacía tope y siempre faltaba un poquito por entrar.
Luego ella se ponía en cuatro sobre la cama, levantando su culito mediano pero firme, con mis dedos recorría el exterior de su vagina, sintiendo la humedad y el calor que salía de ella, frotaba mi pene contra su entrada, contra su clítoris, de arriba hacia abajo y escuchaba sus gemidos cada vez que lo hacía, hasta que me pedía que se lo meta de una vez, lo cual cumplía de inmediato y la penetraba por completo hasta que tenga todo mi miembro en su interior. A veces solo tenía que quedarme quieto y ella misma movía su trasero de adelante hacia atrás y en círculos buscando ser penetrada una y otra vez hasta lograr sus tan ansiados orgasmos que venían acompañados de unos gritos y unas ricas contracciones en su vagina que exprimían mi pene hasta dejarme a punto de eyacular por lo que me salía de su interior para echar todo mi semen en su espalda o la volteaba rápidamente para terminar sobre sus grandes senos.
Después de descansar un poco y recuperar energías, continuamos, pero ya lo detallaré en el siguiente relato...